8/29/2006

Uniformes - Pertenencia

Las instituciones educativas estamos llamadas no solo a transmitir, construir o desarrollar conocimiento (según sea el modelo pedagógico), sino también a formar en lo afectivo y social, y es allí donde proporcionalmente la sociedad nos está pidiendo hagamos algo.

El tema de este mes son los UNIFORMES ESCOLARES, su importancia frente a la formación en pertenencia y compromiso.

Para hablar del uniforme y su importancia y para entenderlo en un contexto formativo, siempre me remito a la década de los 80’s, cuando estando en Canadá asistí a un partido de fútbol de la selección Colombia, veo a mi alrededor múltiples camisetas tricolores de aficionados que ondean
banderas y sus gritos agotan la garganta mas fina, al tiempo que salía al campo un equipo de jugadores, todos identificados con tres colores: amarillo azul y rojo. No puedo negar que mi piel se erizó pues afloraron sentimientos ocultos de amor y patriotismo.

En los días en los que transcurrió el mundial, observé con igual relevancia cómo todos los países identifican a sus equipos con uniformes bien puestos y excelentes diseños pero siempre con colores alusivos a su país, así mismo veíamos esa fanaticada a diario por televisión, colmando las tribunas donde sólo destellaba el color, no sólo del equipo que juega, sino el del país que representa, Argentinos con azul y blanco, Brasileros con el verde amarella, Suizos con el rojo y la cruz blanca, Alemanes con blanco y negro, igualmente lo hacían los representantes del continente
africano y asiático.

No se podría concebir una identificación distinta, pues el color del uniforme distingue al hincha, al seguidor individual, pero también a una colectividad, a una masa fervorosa y allí donde los estudios realizados por sociólogos quedan cortos queda el sabor de un sentimiento compartido
por pares que en muchos casos son muy diferentes.

El uniforme no solamente identifica una región o identifica un equipo de otro, el uniforme va más allá, identifica un sentimiento, genera pertenencia cuando se dice: es “Mi país” es “Mi equipo”, pasión, orgullo o decepción cuando se gana o se pierde. ¿Acaso entenderíamos a un Cali salir con un uniforme rojo? No lo podríamos entender porque hay un compromiso de unión entre los miembros del equipo y sus seguidores.

La importancia del uniforme por lo tanto trasciende las barreras de identificación, para llegar a convertirse en verdaderos sentimientos de pertenencia, amor, compromiso y a nivel nacional como dirían los politólogos: de nacionalismo.

La escuela, desde el preescolar hasta la educación media (en nuestro ámbito), está llamada, a través de la formación y sea cual sea el modelo pedagógico, al desarrollo y aprehensión de conceptos de civilidad, nacionalismo, pertenencia, compromiso y en general a formar al individuo
en la necesidad de querer lo nuestro. Qué mayor paralelo vivencial podría darse que el tener en el colegio un uniforme que se lleve con orgullo, que le represente al educando una idea de pertenencia, “ese es mi uniforme y me identifica con mi colegio”.

El uniforme no está implementado sólo para rebajar costos o para una simple identificación institucional, él tiene como objetivo formar en un mayor grado el desarrollo de compromiso y pertenencia que el ser humano debe tener hacia algo, en este caso por un colegio, por una región, por un país. Entenderlo así, es más fácil, es comprensible apreciar por qué un
niño al iniciar su etapa escolar identifica a su colegio, no por el espacio físico sino, por el uniforme que lleva puesto, igualmente por qué un adulto se inscribe en una propuesta aceptando como propios unos colores = uniformes, siendo el caso de colores empresariales o en otros casos los grupos políticos, azul, rojo, amarillo y cómo colman las plazas públicas
con ellos.

Sin embargo es importante tener presente que esta no es la única forma de buscar en nuestros educandos la construcción de ese valor abstracto, pues existen muchas otras formas que debemos desarrollar y tener presente para atender ese clamor social y cumplir con nuestra misión.

Los detractores a los cuales se les respeta (la tolerancia y el comprender las ideas del otro son las bases para una convivencia pacífica), parten del principio constitucional del libre desarrollo de la personalidad, concepto que no comparto en este caso en cuanto a la libertad de tener un uniforme se refiere. No lo comparto por cuanto a contrario censurar equivaldría decir: a quien se le solicita o lleva un uniforme se le viola o violó este derecho. ¿A cuántos miles o millones de personas les fue cercenado este derecho cuando enarbolaron una bandera acompañados de un uniforme? Si es así me inscribo como una de estas tantas personas a las cuales se violó ese derecho porque cada vez quiero mas este país, enseño a quererlo, a lo que representa, a sus colores y a su gente, así mismo enseño a querer el colegio a través de todo lo que es y representa, incluido el uniforme.